A simple vista la televisión no parece una gran amenaza para nuestro peso, pero si profundizamos un poco nos daremos cuenta que en realidad puede poner en peligro tu plan o dieta de adelgazamiento. A continuación, veremos cómo alimentación y tele están fuertemente vinculados y porqué deberíamos tenerlos en cuenta si queremos lograr con éxito un plan de reeducación nutricional para perder peso (o dieta online personalizada).
Los 7 riesgos de la televisión para nuestro peso son los siguientes:
Riesgo 1) La televisión nos distrae del acto de comer. Esto puede ser un problema porqué favorece que comamos más rápido y nos distrae para saber cuándo “estamos llenos” y debemos parar. Esta distracción puede provocar que mastiquemos menos e ingiramos más cantidad. La solución es fácil y también servirá para el siguiente punto: ¡mientras comas, la tele apagada!
Riesgo 2) Puede suceder que nuestro cerebro asocie televisión con comida. Si eso ocurre cada vez que estemos delante de la televisión aumentaremos las posibilidades de consumir alimentos innecesarios. Está bastante estudiada esta asociación con el cine, dónde palomitas y película van de la mano.
Riesgo 3) Si el programa que estás viendo no te distrae suficiente (por desgracia esto sucede muchas veces), puedes terminar ingiriendo alimentos por aburrimiento. El tema del hambre falsa por aburrimiento y el picar entre horas por este motivo puede ser un grave problema que perpetúe la obesidad (si quieres saber más sobre este tema te recomendamos leer este artículo anterior).
Riesgo 4) Los anuncios tampoco ayudan y pueden incitarnos, con sus mensajes marketinianos, a ingerir al instante alimentos superfluos o bebidas azucaradas. ¿A quién no se le ha despertado el deseo de consumir lo mismo que nuestro actor favorito? La industria alimentaria conoce bien este efecto y la cerveza o las bebidas de cola no solo aparecen en spots publicitarios, sino también “camuflados” dentro de series y películas.
Riego 5) Por si no fuera poco lo anterior, aún hay más. Los cánones de belleza que aparecen distan mucho de la realidad de la calle y pueden hacer sentir culpables a muchas personas. El sufrimiento por la falta de autoaceptación del propio cuerpo pueda abonar el terreno para ser una víctima fácil de productos fraudulentos o dietas milagro para adelgazar. Aumentando así el riesgo de entrar en un espiral de obsesión por el “cuerpo ideal” que termine con algún trastorno alimentario como la anorexia, la bulimia o la vigorexia.
Riesgo 6) Si la tele nos roba horas de sueño se convierte en un problema. Dormir poco puede desequilibrar nuestro organismo provocándonos un desajuste hormonal que cause más hambre durante el día. Además, si nos acostamos tarde las posibilidades de ingestas nocturnas innecesarias aumentan. Hay que estar alerta puesto que detrás de tantas horas de televisión puede esconderse algún problema psicológico relacionado con la soledad.
Riesgo 7) Quizá este sea el más evidente, ya que puede provocar un aumento de nuestro sedentarismo. A más horas delante de la pantalla menos horas en movimiento. Además, el cuerpo consume muy poca energía delante del televisor. Sería muy distinto si estuviéramos sentados encima de una bicicleta estática pedaleando, pero la realidad es que esta bici tiene más bien forma de sofá.
Seguramente, después de leer estos riesgos, tu percepción sobre televisión y salud sea distinta. Cabe destacar que algunos de estos riesgos se retroalimentan entre sí por lo que será importante trabajarlos con tu dietista online desde el principio del tratamiento. Cómo norma general te recomendamos no comer mientras veas la televisión, sobre todo al principio de tu plan de adelgazamiento.